Una busqueda sangrienta

Kyrin cambió, ya no era aquel muchacho que no quería nada ni deseaba nada, ya no era un títere sin objetivos el cual simplemente se dejaba manejar por los hilos del destino, ahora tenía sentimientos propios, ambiciones propias, gustos y forma de vivir. Su personalidad es la caracteristica de un ladrón original, en busca de su propio beneficio, solamente mira para él y sus objetivos sin importar para nada lo que delante de el se encuentre, atravesara todo aquello que se le interponga y matará a tantas personas como sean necesarias... su condición de joven de apariencia amable le combierten en un ladrón y asesino en potencia, nada le cuesta ganar la confianza de los de alrededor, poco le cuesta amoldarse a las situaciones y convencer a la gente para ver lo que el quiere que vean, asi es como comenzó el principio de sus asesinatos y de su destino.

Situado cerca de las granjas de los aldeanos de aquel lugar kyrin solo podía pensar en el suceso que había pasado antes, cuando sus venas hirvieron solamente al mirar una persona, pese a eso, se encontraba de nuevo solo, en un lugar bastante poblado, lleno de trabajadores y bastos campos de trigo. Los campesinos que trabajaban de sol a sol picaban y plantaban multitud de frutos en aquel basto campo, todos ellos trabajaban en sus propios territorios, pero uno destacaba de todos ellos debido a su inmensidad y la cantidad de campesinos, en el, unos 20 trabajadores dispersados en distintas zonas, abarcando toda la tierra y plantando distintos tipos de alimento en cada una de ellas, kyrin se paró a pensar, lo único que deseaba en aquel entonces era dinero, por lo que trabajar en aquel lugar podria darle un lugar donde dormir, comer y seguramente un dinero extra y quien sabe, quizas podria obtener información sobre la ciudad su estamento y estructura. Se acerco a uno de los campesinos, el cual parecia que dirigia a todos los demás y tenia apariencia de dueño o de almenos jefe al mando, con pesima apariencia pero con la cabeza bien alta.

- Perdone, ya se que usted esta trabajando ahora mismo, pero acabo de llegar nuevo a esta ciudad, no tengo nada a mis espaldas ni nadie que pueda cuidar de mi - relataba el joven humildemente - Desde luego se que a usted le vendran multitud de personas pidiendole limosna un lugar donde dormir o un trabajo, pero yo soy distinta a todas ellas, yo soy joven y soy muy buen trabajador, tengo experiencia en los campos y pese a mi apariencia poseo mucha fuerza, puedo realizar cualquier trabajo duro y lo único que pido a ser posible es un lugar donde dormir y comida, además no me vendria nada mal conocer vuestro tipo de vida y me ayudaria a establecerme aqui, no voy a suplicarle por nada, pero si usted puede proferirme esta ayuda, posiblemente me convertirá en una mejor persona... piense mi petición porfavor - por ultimo el chico, como la persona mas sincera y humilde del mundo agacha la cabeza en una hermosa reverencia que demuestra educación ademas de respeto hacia su persona, esperando con paciencia su contestación.

Su camino tomaba una dirección segura y humilde, pero ese solo era el primer paso, si rebajarse de nivel era necesario para cumplir sus objetivos, se hará, solamente el futuró dirá si sus frutos florecen o no.

Kyrin se había escapado de los ángeles de una manera que ciertamente sorprendería a cualquiera. Quizás la sola repulsión demoníaca sería suficiente para explicarlo, mas tal acceso de sinceridad no estaba entre los permisos que este niño parecía poder darse.
En las granjas de Miria decide hacer un alto en su camino para procurarse haberes para su importante misión y a tal efecto se acerca a un campesino de las mismas.
El hombre lo mira primero con desdén, reacio a dar trabajo; pero el hecho de tratarse de un niño sumado a su cordial discurso fueron suficientes para enternecer la sencilla alma del humano.

-Niño… no sé que te aleja de tu hogar, pero creo que nada que te diga puede hacerte volver a el. Aquí no podemos darnos el lujo de hacer caridad… si bien nuestro imperio es próspero, la baja estofa como nosotros percibimos poco de ello. Supongo que la seguridad que nos brinda es suficiente para mantenernos atados a estas tierras.
Por ahora me temo que solo puedo hospedarte, darte de comer y apenas pagarte una miseria… Espero que pueda serte suficiente por ahora y hasta que consigas algo mejor. Puedes ayudar a Tristán, otro niño como tú que trabaja hace ya varios meses. Creo que va a ser la mejor compañía que encuentres aquí.

El hombre señala a un chico de unos 15 o 16 años que trabaja arduamente cortando y apilando los cultivos en una carreta que al llenarla lleva al granero. Parece cansado y el sudor lo baña por completo, pero en sus ojos se ve claramente una determinación férrea y una voluntad inquebrantable. Su mirada es además algo severa, casi denota odio.

-Casi no habla con los viejos, trabaja muy duramente porque dice que está ahorrando dinero para algo importante. Por las noches se acerca al bosque de Evasil y se procura su propio alimento; ya es capaz de matar jabalíes sin más ayuda que sus dos hachas.
Nuestro estilo de vida lo conocerás y te aburrirá en el mismo momento. Nos despertamos, trabajamos, comemos y dormimos. Detrás de los muros de la ciudad la gente celebra la vida en mil atracciones inútiles que nosotros pagamos. Aquí cada tanto hacemos peñas con música y fogones que nos son suficientes para disfrutar aunque sea un poco la vida.
Ve a trabajar ahora. En unos días, en cuanto logre juntar algo para darte, me acercaré con tu dinero. Dile a Tristán que vivirás con él por estos días. Él mismo te dará la comida.
Por cierto mi nombre es Curel, para lo que necesites.

Todo estaba bajo control, el campesino le ofreció lo que deseaba, incluso algo más. Para demostrar su alegria sonrie afablemente y le da un fuerte apreton de manos con enorme agradecimiento y fidelidad, en cierta forma tambien como sello de su "acuerdo".

- Gracias señor no se arrepentira de su decisión lo prometo - rebosante de alegria - esta bien entonces me pondre a trabajar ahora mismo, no se preocupe ya le preguntare al muchacho las tareas, estoy en deuda con usted no lo olvidare.

Acto seguido Kyrin se puso rumbo fijo a la situación del muchacho cambiando su sonrisa a una mueca de maldad. El joven trabajador lucia fuerte, decidido y con ojos rebosantes de un sentimiento algo turbio, el chaval fue un agrado a simple vista, parecía que sabia lo que hacia y lo que quería además de apariencia poco habladora. En su duro trabajo se denotaba firmeza y soltura, por lo que de seguro estaba más que acostumbrado a duros trabajos, el hecho de que cazara su propia comida hacia de el un luchador nato, ya que una persona sin conocimientos de combate no aguantaria este tipo de trabajo ademas de tener que cazar y abastecerse. Kyrin debía ser precavido, podria sacar algo muy bueno de el, el campesino decia que poseia ahorros...

- Hola, mi nombre es kyrin, pero puedes llamarme belial - Le tiende la mano en señal de amistad - sere tu compañero apartir de hoy, trabajare contigo y reposaremos bajo el mismo techo, espero que podamos llevarnos bien, aunque todo eso dependera de ti... - acto seguido le fulmina con la mirada, reflejando la misma seriedad y oscuridad de su corazón, albergando sentimientos parecidos a los del chico, y con la esperanza de que este, comprendiera que no trataba de ser hostil, si no de brindar su respeto - Por cierto, esta noche procuraré yo la cena, seguro que has estado cansado todo este tiempo.

Al hacerse la noche, Kyrin pregunta indicaciones al muchacho para poder salir a la caza, 1 hora despues, el joven regresa algo ensangrentado y con el cuerpo de un hermoso jabali sobre el hombro. Sin saber nada sobre como cocinarlo, Kyrin pega un bocado a un trozo arrancado del costado derecho de la criatura, y sonrie amablemente ofreciendole el resto del cuerpo a Tristán.

- Yo nunca aprendi a cocinarlos y siempre que como es de forma cruda, en caso de que no hagas lo mismo que yo, me gustaria que me enseñaras como lo comes tu, asi en cierta forma aprenderemos cosas de nosotros mismos no te parece - Acto seguido espera paciente el momento de ver como reacciona el joven, para despues dirigirse a la cama y descansar.